El Gobierno oficializó este viernes el incremento de las retenciones para la soja, el maíz y el girasol a partir del 1° de julio, aunque extendió el beneficio de alícuotas reducidas para el trigo y la cebada hasta marzo de 2026. La medida, publicada en el Decreto 439/2025, eleva la tasa para la soja del 26% al 33%, mientras que el maíz y el sorgo pasarán del 9,5% al 12%, y el girasol retornará al 7% tras una baja temporaria al 5,5%.

La decisión llega en medio de fuertes críticas de las entidades agropecuarias, que advierten sobre un freno en la comercialización y falta de previsibilidad. Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) expresó su "preocupación" por el impacto de las retenciones, mientras que Coninagro señaló que la medida genera "desigualdad", ya que muchos productores aún no completaron sus ciclos de cosecha.

El decreto —firmado por el presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo— incluye un requisito clave para mantener el beneficio en trigo y cebada: los exportadores deberán liquidar el 90% de las divisas en 30 días hábiles, el doble del plazo anterior. Según el Gobierno, la prórroga busca "garantizar la eficacia exportadora" de estos cultivos invernales, cuya siembra ya supera el 70% en el caso del trigo.

La publicación del decreto coincide con el inicio de La Rural, donde se espera la presencia de Milei. El anuncio reavivó el debate sobre la política tributaria para el agro, en un contexto en el que el Ejecutivo prioriza el superávit fiscal y la acumulación de reservas. Mientras tanto, los productores evalúan cómo impactará la suba de retenciones en los próximos ciclos de siembra y en la ya complicada rentabilidad del sector.