La planta de Scania en Tucumán detuvo completamente su producción esta semana ante la caída de pedidos desde Brasil y Europa, según confirmó Luis Diarte, titular de SMATA en la provincia. La medida, acordada con el gremio, permite suspensiones de hasta 40 días en el año sin recortes salariales severos: los trabajadores percibirán el 75% de su salario bruto, más antigüedad y productividad.

Sin embargo, el sindicato manifestó preocupación por la estabilidad laboral, recordando que ya hubo retiros voluntarios en la empresa. Diarte vinculó la situación no solo al contexto global, sino también a las políticas de apertura de importaciones: "Estas decisiones gubernamentales afectan la producción local y llevan a suspensiones", afirmó. Actualmente, la industria automotriz opera al 50-60% de su capacidad.

Scania justificó las suspensiones en un comunicado, atribuyéndolas a una "disminución temporal de la demanda internacional". La empresa, que exporta el 15% de los productos industriales tucumanos, aseguró que el acuerdo busca "preservar empleos" e incluye una compensación no remunerativa. Reafirmó su compromiso con el diálogo y la operación en Argentina.

El conflicto contrasta con la inversión de USD 18 millones anunciada por Scania en 2023 para su planta tucumana. Diarte señaló que la industria enfrenta un "panorama evolutivo" donde la fluctuación de pedidos impacta directamente en la producción. Volkswagen y otras automotrices también atraviesan situaciones similares, según el gremio.