El canciller iraní Seyed Abbas Araghchi aseguró que su país no busca expandir el conflicto en Asia Occidental, aunque defendió su derecho a responder militarmente a los ataques israelíes de los últimos días. En una reunión con embajadores en Teherán, reportada por la agencia oficial IRNA, Araghchi afirmó que Irán priorizaba la diplomacia nuclear antes de los bombardeos: "Esta agresión nos fue impuesta. Nos defendemos de forma legítima", declaró.

El ministro se refirió específicamente al ataque israelí del sábado en Assaluyeh, zona rica en hidrocarburos al sur de Irán, y advirtió que extender la guerra al Golfo sería "un grave error estratégico". Acusó directamente a Estados Unidos de respaldar las ofensivas: "Tenemos pruebas de que sus bases en la región apoyaron los ataques", enfatizó, según la agencia Xinhua.

El Ministerio de Salud iraní, a través de su vocero Hossein Kermanpour, cifró en 244 los muertos y 1.277 los heridos por los bombardeos israelíes iniciados el viernes, que alcanzaron Teherán y otras ciudades. Kermanpour detalló en redes sociales que el 90% de las víctimas eran civiles, incluyendo mujeres y niños, y que entre los objetivos habrían muerto altos mandos militares y científicos nucleares.

Irán respondió con misiles lanzados contra Israel durante todo el fin de semana, causando daños materiales y víctimas no cuantificadas en el comunicado. Araghchi insistió en que estas acciones eran reactivas: "Si la agresión cesa, nuestras reacciones cesarán naturalmente", reiteró, descartando una escalada proactiva.

El conflicto marca un punto crítico en las tensiones entre ambos países. Mientras Irán presenta su postura ante la comunidad internacional, las declaraciones del canciller reflejan un equilibrio entre la firmeza militar y el intento de evitar una guerra regional ampliada, aunque sin ceder en su discurso de legítima defensa.