El Vaticano vivió este sábado una jornada sin precedentes al despedir al papa Francisco con una ceremonia que reunió a líderes globales, entre ellos el presidente Javier Milei, ubicado en primera fila junto a la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Este privilegiado posicionamiento reconoció las dos nacionalidades que marcaron la vida del pontífice: Argentina, su tierra natal, e Italia, sede de su ministerio.

La misa exequial, celebrada frente a la basílica de San Pedro, comenzó a las 10:00 horas con riguroso protocolo. Los restos del Santo Padre fueron trasladados después hacia su tumba en Santa María la Mayor, culminando un cortejo fúnebre de 6 km por los emblemáticos sitios de Roma. Milei asistió acompañado por su hermana Karina, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y tres ministros, todos vestidos de luto estricto.

Entre las 170 delegaciones presentes destacaron los reyes de España, Bélgica y Luxemburgo, además del presidente estadounidense Donald Trump. Curiosamente, el jefe de gobierno español Pedro Sánchez brilló por su ausencia, en línea con su política de no competir con el protagonismo de la monarquía en actos protocolares.

El viaje de la comitiva argentina comenzó el viernes a medianoche en el avión presidencial, llegando a Roma con tiempo para prepararse ante un evento que mezcló solemnidad religiosa y diplomacia global. Las reinas católicas fueron las únicas con permiso para romper el código de vestimenta oscura, optando algunas por blanco.