Por primera vez desde que Claudio “Chiqui” Tapia conduce la Asociación del Fútbol Argentino, una encuesta nacional revela un desplome profundo y transversal en los niveles de confianza hacia la dirigencia de la AFA. El estudio de CB Consultora, realizado el 1 y 2 de diciembre sobre 1.115 casos en todo el país, muestra un diagnóstico contundente: Tapia enfrenta una crisis de credibilidad que ya no puede atribuirse a “operaciones mediáticas” ni a episodios aislados.

Según el informe, la gestión del presidente de AFA registra 65,8% de imagen negativa contra solo 23,4% de positiva, una diferencia abrumadora que expresa un rechazo masivo. Además, el 50,1% identifica como el problema más urgente las denuncias financieras, mientras que otro 20,1% apunta a las polémicas arbitrales.

Pero el dato más delicado aparece en la percepción sobre los fallos dentro de la cancha: el 56% de los argentinos cree que las polémicas arbitrales no son errores, sino “acuerdos intencionales”, un porcentaje inédito para una institución que históricamente ha convivido con disputas, sospechas y presiones.

La hipótesis de la corrupción también se impone con claridad: el 61,4% considera “reales” las denuncias contra personas ligadas a Tapia, mientras apenas 12,1% cree que se trata de campañas sin fundamento.

La crisis institucional ya tiene impacto sobre la Selección: el 54,4% considera que el conflicto “le resta” al equipo de Scaloni de cara al próximo Mundial, incluso con Lionel Messi todavía como referencia simbólica del plantel. No obstante, más de la mitad del país —el 54,9%— rechaza que los jugadores deban pronunciarse públicamente.

Tampoco la estructura política de AFA sale indemne. El 55,5% de los encuestados cree que el apoyo reciente de los clubes del ascenso fue “forzado”, y una mayoría amplísima, 76,1%, exige una reforma profunda del sistema electoral que hoy permite que solo un grupo reducido de instituciones elija al presidente.

La fotografía que deja diciembre es la de una AFA atravesada por una crisis de legitimidad sin precedentes, donde la percepción de corrupción, arbitrajes intencionales y decisiones poco transparentes ya conforman una narrativa dominante en la opinión pública. Para Tapia, el desafío no es solo político: es existencial. La mayoría de los argentinos cree que la institución más poderosa del deporte nacional necesita un cambio estructural urgente.