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TUCUMÁN

28 de julio de 2025

Entre miles, una tucumana fue seleccionada por la Fundación Botín y llevará su orgullo por Tucumán al mundo

Candelaria Durbá, una joven de 23 años, fue seleccionada entre 18.000 postulantes. Es la única mujer argentina elegida este año. Su historia es de esfuerzo, orgullo y compromiso con lo público.

Candelaria Durbá tiene solo 23 años, pero ya se convirtió en un ejemplo de compromiso, esfuerzo y vocación pública. Es politóloga y estudiante de Ciencias Sociales, y fue seleccionada por la prestigiosa Fundación Botín para participar del Programa para el Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina, que se desarrollará entre octubre, noviembre y diciembre. Entre aproximadamente 18.000 postulantes, fueron seleccionados solo 32 jóvenes de toda la región. Candelaria es la única tucumana y la única mujer argentina que representará al país.

Pero lo más valioso de su historia no es solo el logro, sino cómo lo alcanzó, y sobre todo, lo que significa para ella representar a su provincia. “A mí Tucumán me genera un orgullo que no puedo explicar. Y no es por una comida o un paisaje. Es porque los tucumanos tenemos hambre de crecer, de hacernos notar, de pisar fuerte. Donde vamos, dejamos huella. Y yo quiero ser parte de eso, de los que trabajan para despertar ese orgullo”, expresó con emoción.

Esta fue la segunda vez que se postuló. El año pasado no fue seleccionada, pero esa experiencia marcó un punto de inflexión en su vida. “Aprendí mucho de ese proceso. Las preguntas te interpelan, te hacen pensar, repensar tu historia, tus decisiones. Me ayudó a entender quién soy, qué quiero, y sobre todo a visualizarme. Por eso decidí volver a intentarlo. Ya solo atravesar el proceso valía la pena”, contó.

El proceso de selección fue exigente. Comenzó con un formulario extenso, que abordaba desde su formación académica hasta aspectos culturales y sociales. Una de las preguntas que recuerda con más fuerza fue: “¿Qué decisión tomarías si no contaras con el apoyo de tu país o de tu gente?”.

Luego llegó el primer gran desafío: enviar un video de un minuto cuya consigna era identificar una buena práctica en la función pública. Candelaria eligió contar la investigación sobre el presunto desvío de fondos públicos en municipios tucumanos en períodos electorales, basada en la denuncia en la PROCELAC e impulsada por el economista Pablo Michel junto a la diputada Paula Omodeo. “Fue Pablo quien investigó a fondo, y yo sentí que tenía que contar eso porque fui y me sentí parte de ese equipo que pisa fuerte, que se involucra, que busca transformar lo público desde la verdad. No sabía si era el mejor tema para ganar la beca, pero sí sabía que era lo que quería contar. Lo que me representaba”, relató.

Después de esa primera etapa, pasaron unos 200 postulantes. En la segunda etapa, tuvo que grabar otro video, esta vez sobre qué cosas no pondría en su currículum, pero que la definen. “Ahí entendí que la Fundación quiere verte como persona, no solo como estudiante. Me pregunté cómo mostrarme real, cómo contar quién soy, desde lo humano”.

Luego vino un test psicológico y una entrevista personal con la Fundación. “Fue una experiencia hermosa. Me escucharon de verdad. Quise mostrarme auténtica, decir 'soy tucumana y estoy orgullosa de serlo'. Y ese orgullo no es fingido, está dentro mío. Yo quiero devolverle algo a Tucumán, a la provincia que me dio todo”.

El momento en que recibió la noticia fue inolvidable. “Me sonó la alarma a las ocho de la mañana. Apagué el despertador y vi un mensaje de un ex becario tucumano que me felicitaba. Fui corriendo a ver mi mail y ahí estaba. Bajé las escaleras gritando, mis papás estaban desayunando, lloramos todos. Llamé a mis abuelos, a mis hermanos. Fue una fiesta. Mi abuela tenía anotado el nombre de la beca en un imán de la heladera desde el año pasado. Lo manifestamos todos juntos. Esto no fue solo mío, fue de toda mi familia, de mi equipo, de los que siempre me apoyaron”.

Candelaria también tiene una trayectoria intensa en voluntariado. En 2020 fundó Sumarse, una red de ayuda surgida durante la pandemia. Participó en Techo, en comedores comunitarios, y hoy es cofundadora de Espartanos Tucumán, que trabaja con internos en la cárcel de Villa Urquiza, para su reinserción social. “Transformar el sistema penitenciario es clave. Hay que intervenir, formar, acompañar. Si no, el círculo se repite. Esto es una necesidad de todos”, afirmó.

Hoy, más que celebrar un logro personal, Candelaria siente que inicia un nuevo camino. “Esto es formación, aprendizaje, pero también compromiso. Quiero volver y trabajar por Tucumán. Quiero sembrar la semilla de que sí podemos sentirnos orgullosos de esta provincia, porque tenemos con qué. Tucumán nos necesita, y si no recuperamos ese orgullo, va a ser difícil transformar lo que está mal. Pero si lo hacemos, va a ser imparable”.

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