El Gobierno nacional puso en marcha una profunda reorganización del sistema de transporte al decidir la fusión de cuatro organismos clave en una nueva agencia única. La medida, que se formalizará mediante un decreto en los próximos días, disuelve la Comisión Nacional del Tránsito, la ANSV, la DNV y transforma las funciones de la CNRT.

La flamante Agencia de Control de Concesiones y Servicios Públicos de Transporte concentrará todas las facultades de fiscalización que hasta ahora estaban dispersas. Desde el control de concesiones viales hasta la supervisión del transporte ferroviario y automotor, pasando por la recepción de reclamos de usuarios y la investigación de accidentes.

Entre sus atribuciones más destacadas figura la capacidad de aplicar sanciones, suspender permisos -que deberán ser ratificados por Transporte- e incluso impulsar acciones judiciales cuando detecte irregularidades. Para ello contará con facultades de inspección directa y podrá requerir apoyo de las fuerzas de seguridad.

La creación de este "megacontrolador" del transporte se enmarca en el plan oficial de simplificación del Estado. Según fuentes gubernamentales, busca eliminar superposiciones y reducir costos operativos, aunque no se precisó cuánto podría ahorrar esta medida.

El cambio requerirá una reasignación de personal y recursos entre los organismos afectados. Mientras se completa la transición, la Secretaría de Transporte supervisará que no queden vacíos de control en el sistema. La oposición ya anunció que analizará la constitucionalidad del decreto.