Este miércoles a las 14, el peronismo en su conjunto marchará hacia Plaza de Mayo en repudio a la condena de Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad. La notificación para que cumpla prisión domiciliaria aceleró la organización de una protesta masiva, coordinada desde el PJ Nacional, que reunirá a sectores históricamente distanciados, como la CGT, y agrupaciones kirchneristas como La Cámpora y Kolina.

La movilización fue decidida tras una maratónica ronda de reuniones entre Máximo Kirchner, gobernadores de Unión por la Patria (UP), sindicatos e intendentes del conurbano. Sergio Massa confirmó su asistencia, mientras la CGT dejó en libertad a sus gremios para sumarse. "Todos a Plaza de Mayo. Cristina no podrá salir al balcón, pero estará presente", declaró Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes.

El kirchnerismo busca capitalizar el apoyo unificado en torno a CFK, incluso de figuras críticas como Axel Kicillof. Sin embargo, tras la protesta, el peronismo deberá retomar las negociaciones electorales suspendidas, con tensiones latentes. Las listas en Buenos Aires cierran en un mes, y la condena de la ex presidenta añade complejidad al armado de alianzas.

Aunque el acto proyecta unidad, persisten divergencias: un sector del peronismo disidente evitó respaldar públicamente a CFK. Analistas anticipan que, una vez pasada la marcha, resurgirán las pujas por candidaturas y el rol de la ex mandataria en la estrategia electoral, ahora desde su nueva condición de detenida.