Los datos de la última encuesta de la consultora Nyborg revelan un escenario electoral complejo en Tucumán de cara a los comicios legislativos de octubre. La Libertad Avanza (LLA) aparece como primera fuerza en intención de voto con el 35.74%, superando por estrecho margen al Partido Justicialista que suma 31.11% en su facción liderada por el gobernador Osvaldo Jaldo.

El estudio, realizado entre el 7 y 9 de junio sobre una muestra de 540 casos válidos con margen de error de ±4.2%, muestra cómo el mapa político tucumano ha evolucionado hacia un sistema multipartidario. El kirchnerismo local, representado por el exgobernador Juan Manzur, obtiene un 8.52%, mientras que Fuerza Republicana de Ricardo Bussi alcanza el 5.19%.

Capital versus interior

San Miguel de Tucumán presenta el escenario más competitivo. Allí, el candidato de LLA y actual vicejefe de Gabinete nacional, Lisandro Catalán, lidera las preferencias con 20.33%, seguido de cerca por Jaldo (19.86%) y la intendenta Rossana Chahla (16.16%). Manuel Guisone, también de LLA, completa un 10.30% en la capital.

En el análisis territorial, se observan marcadas diferencias:

• En la Sección Este, de perfil más rural, el PJ domina con 38.27% frente a 32.14% de LLA

• En la Sección Oeste, más urbanizada, LLA alcanza 37.79% contra 27.36% del PJ

El declive de la oposición tradicional

Los espacios que conformaron Juntos por el Cambio muestran un desempeño discreto:

• Roberto Sánchez (ex JxC) obtiene 6.85%

• Agustín Romano Norri (ex JxC) llega a 2.59%

• Paula Omodeo (CREO) alcanza 2.41%

El radicalismo y aliados apenas suman 3.33%, mientras que el kirchnerismo de Javier Noguera logra 7.04% a nivel provincial. Ricardo Bussi mantiene su base histórica con 6.85%.

Indecisos, la incógnita pendiente

Un 12.41% del electorado permanece sin definición clara de su voto, porcentaje que podría resultar determinante en un escenario donde las principales fuerzas se encuentran separadas por menos de cinco puntos porcentuales.

Los analistas políticos destacan que estos números reflejan tanto el crecimiento de LLA como la capacidad de resistencia del peronismo provincial, aunque advierten que la fragmentación en el oficialismo (sumando jaldoistas y kirchneristas alcanzarían 39.63%) podría beneficiar a la oposición en distritos clave.

Con cuatro meses por delante, la campaña se presenta como una prueba crucial para medir si LLA puede consolidar su crecimiento o si el PJ logrará recomponer su unidad para mantener su histórica hegemonía en la provincia. Los resultados finales podrían depender de la capacidad de cada espacio para captar ese casi 12.5% de votantes que aún no han definido su posición.