Ocho fechas después del inicio de la temporada 2025, Alpine se encuentra en una posición crítica: noveno en el campeonato de constructores, con apenas 7 puntos y solo un punto por encima de Sauber. El A525, pilotado por Franco Colapinto y Pierre Gasly, no ha mostrado competitividad para escalar posiciones, a pesar de las mejoras introducidas en Imola, como el rediseño del alerón delantero y ajustes en la cubierta del motor para optimizar el flujo de aire.

El equipo enfrenta dos problemas clave: un motor Renault con déficit de potencia —que será reemplazado por unidades Mercedes en 2026— y un rendimiento aerodinámico inconsistente. Esto se reflejó en Mónaco, donde ambos pilotos fueron eliminados en Q1, con Gasly a 2 segundos de la pole y Colapinto a 2.6 segundos. Las actualizaciones en Imola buscaron corregir estos problemas, pero el avance sigue siendo limitado.

La FIA introducirá este fin de semana en España nuevos controles sobre la flexibilidad de los alerones delanteros, reduciendo los márgenes de deformación permitidos. Esta medida, destinada a equilibrar el campo, podría afectar especialmente a Alpine, que ya lucha por estabilidad. Además, a partir del GP de Bélgica, se exigirán miras adhesivas en los alerones para un monitoreo más preciso.

Mientras Haas, Racing Bulls y Aston Martin acumulan entre 14 y 26 puntos, Alpine queda rezagado. Flavio Briatore, asesor ejecutivo del equipo, había proyectado en febrero un objetivo ambicioso: "En 2025, Alpine debe estar entre los seis primeros". Sin embargo, la realidad actual dista de esa meta, y el enfoque parece estar puesto en el desarrollo radical del auto para 2026, cuando cambie el reglamento técnico. Por ahora, Colapinto y Gasly deberán seguir sacando el máximo de un monoplaza que no está a la altura de sus rivales.