La crisis interna de la Unión Cívica Radical en Tucumán alcanzó un nuevo punto de tensión con la decisión del Comité Nacional de intervenir el distrito por un año. La medida responde a los conflictos generados en el proceso de renovación de autoridades, que derivaron en disputas judiciales y un clima de división entre los referentes provinciales.

En febrero, la junta electoral partidaria había ratificado a Agustín Romano Norri como presidente de la Junta de Gobierno de la UCR en Tucumán. Sin embargo, la resolución no logró pacificar la interna. Raúl Moreno, expresidente de la convención provincial, llevó su reclamo a la Justicia Federal exigiendo la nulidad de la convocatoria electoral, argumentando irregularidades en el proceso.

Ante este escenario y con los plazos electorales ya vencidos, el Comité Nacional resolvió la intervención y designó a dos normalizadores: el santafesino Hernán Rossi y el jujeño Jorge “Colo” Rizzotti. Rossi, secretario general de la Convención Nacional de la UCR y cercano a Martín Lousteau, ya había visitado Tucumán recientemente en un encuentro con el sector Boina Blanca, al que pertenece Romano Norri. Rizzotti, por su parte, es diputado nacional y cuenta con el respaldo del exgobernador jujeño y expresidente del partido, Gerardo Morales.

Con la intervención en marcha, la conducción de la UCR tucumana queda en manos de dirigentes externos, en un intento por ordenar la estructura partidaria y superar el conflicto que ha marcado al radicalismo provincial en los últimos meses.