Martín, el hijo biológico de Yiya Murano, la mujer condenada por una serie de homicidios a fines de la década de los 70, se refirió a ella como alguien "capaz de eso y más" y reveló que ella misma intentó asesinarlo cuando él tenía 10 años mediante un trozo de torta envenenada, el mismo método que utilizó en sus crímenes más conocidos.

Las declaraciones fueron realizadas en el marco del estreno de una serie que narra la vida de Murano, a la que definió como "pura ficción". Martín aseguró que, si bien autorizó la producción, los realizadores le recalcaron que su personaje no aparecería, algo que contradice al ver en pantalla a un niño representando al hijo de la protagonista.

"No la considero mi madre aunque lo sea etimológicamente. La considero capaz de eso y más. Yiya no tuvo límites, ni los tiene", afirmó el hombre durante la entrevista, donde además sugirió que la cantidad real de sus homicidios equipararía a los de Carlos Robledo Puch, al sostener que "la mayoría de sus crímenes, no fueron confirmados".

Respecto a su vínculo con las amigas y víctimas de su madre, Martín indicó: "Conocí a las tres, las quería y mucho. Aún tengo relación con la familia de ellas". Sobre el último encuentro con Yiya Murano, detalló que fue en un geriátrico para firmar una autorización para una operación. "No sólo no la traté, sino que la vi en la cama y no me reconoció. Después, me enteré por los medios que ella había fallecido", relató.

Al ser consultado sobre el contexto familiar, recordó que cuando tenía 12 años y su madre fue encarcelada, su padre "se desmoronó físicamente porque, como lo definieron mis amigos, era un hombre ciego de amor". Afirmó que los amantes de Yiya "eran públicos" y que incluso fueron presentados a su padre como "amigos de la familia de la hermana".

Finalmente, Martín anunció que la "verdadera historia" será contada en un "largometraje documental" que se estrenará el próximo año, el cual estará narrado "por quienes fuimos protagonistas de la historia, directa o indirectamente".