El presidente Javier Milei oficializó este miércoles la designación de Lisandro Catalán como nuevo ministro del Interior, en un movimiento estratégico para recomponer la relación con las provincias. La decisión fue anunciada por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, tras una reunión en la Casa Rosada de la que también participó el ministro de Economía, Luis Caputo.

Catalán, quien se desempeñaba como vicejefe de Gabinete del Interior, asciende al rango ministerial con el objetivo explícito de "fomentar el contacto con las provincias". Sin embargo, Francos delimitó el alcance de su gestión al aclarar que el diálogo será exclusivamente con "gobernadores afines", una frase que excluye tácitamente a mandatarios opositores como Axel Kicillof, quien había solicitado una reunión con el Presidente tras los comicios bonaerenses.

"En esta nueva etapa estamos dispuestos a profundizar los vínculos con las provincias que comparten el espíritu de cambio", afirmó Francos, en referencia a las reformas estructurales que busca implementar el Gobierno nacional.

Tercera reunión de gabinete en la semana

Minutos después del anuncio, Milei encabezó su tercera reunión de gabinete en la semana, con presencia de la totalidad de su equipo ministerial y los secretarios presidenciales. El encuentro, celebrado en el Salón Eva Perón, tuvo como objetivo establecer las prioridades de gestión de cara a la campaña para las elecciones legislativas del 26 de octubre.

Entre los asistentes figuraron la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; los ministros Sandra Pettovello (Capital Humano), Federico Sturzenegger (Desregulación) y Patricia Bullrich (Seguridad); el asesor presidencial Santiago Caputo, y el vocero Manuel Adorni. No se reportó la presencia del titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem.

La designación de Catalán y la creación de la Mesa Federal –integrada por Francos, Caputo y el nuevo ministro– forman parte de una reestructuración más amplia que incluye la reciente mesa política nacional, un círculo reducido donde se definen las estrategias partidarias y de gestión. El Gobierno busca así mejorar la coordinación interna tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, priorizando el diálogo con aliados provinciales en un contexto de tensiones fiscales y negociaciones complejas.