El piloto argentino Franco Colapinto llega con determinación al Gran Premio de Hungría, octava fecha del calendario de Fórmula 1, buscando revertir los resultados discretos de su debut en la máxima categoría. El joven de 22 años afronta con especial motivación esta cita en el Hungaroring, escenario donde brilló durante su paso por las categorías formativas.

"Este circuito me trae buenos recuerdos. En F3 y F2 logramos podios y buenas clasificaciones", recordó Colapinto, quien confía en trasladar ese historial positivo a su desempeño con Williams. Pese al bajo rendimiento actual del monoplaza, el pilarense mantiene una actitud constructiva: "Estamos cerca de mejorar aspectos clave. Son detalles, pero vamos por buen camino".

El bonaerense analizó con realismo su reciente participación en Spa-Francorchamps, donde finalizó anteúltimo: "Hubo avances pese a las dificultades. El punto logrado por mi compañero nos motiva a todos". Su madurez sorprende para un novato, combinando paciencia con ambición competitiva.

Mientras la mayoría del paddock se prepara para el receso estival, Colapinto ya tiene agenda completa: viajará a la fábrica del equipo en Inglaterra y seguirá entrenando de cara a los próximos GP de Países Bajos e Italia. Su dedicación absoluta refleja el compromiso con este sueño cumplido.

Aunque consciente de las limitaciones técnicas de su coche, el argentino no baja los brazos: "Quiero aprovechar cada vuelta en Hungría para ayudar al equipo y mostrar nuestro potencial". Su mirada sigue puesta en el largo plazo, convencido de que la constancia rendirá frutos.