Fuentes gubernamentales reconocieron que el Ejecutivo enfrenta un escaso margen de maniobra política en los meses previos a las elecciones, con las facultades delegadas ya vencidas y sin iniciativas propias en el Congreso. Funcionarios consultados señalaron que la estrategia actual se centra en "aguantar hasta octubre", esperando que los resultados electorales mejoren su posición negociadora.

El principal desafío inmediato consiste en defender los tres vetos presidenciales que Javier Milei hará efectivos en agosto, tarea encomendada a tres equipos diferenciados: el de Karina Milei (coordinado por los Menem), el de Santiago Caputo y el de Guillermo Francos. Estas facciones mantienen diálogos paralelos con legisladores y gobernadores, aunque se han registrado descoordinaciones en las negociaciones, según admitieron fuentes oficialistas.

En el plano legislativo, la oposición prepara iniciativas sensibles como refuerzos presupuestarios para el Hospital Garrahan y universidades nacionales, mientras el Gobierno busca contener el impacto económico de la incertidumbre política. Preocupa especialmente la evolución del Riesgo País, cuyos niveles actuales generan tensiones en los mercados según análisis internos de la Casa Rosada.

El escenario electoral domina la agenda, con el cierre de alianzas previsto para el 7 de agosto y la presentación de listas el 17 del mismo mes. Mientras algunas facciones oficialistas compiten por espacios en las candidaturas, el Presidente mantiene su apuesta por resultados favorables en Buenos Aires y a nivel nacional, aunque evitando por ahora una exposición política directa en campaña.