El presidente Javier Milei acusó a los gobernadores de intentar “destruir” su Gobierno tras la aprobación en el Senado de proyectos que desafían su plan fiscal, impulsados por la oposición y mandatarios provinciales. La derrota parlamentaria, que incluyó el apoyo de aliados como Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Alfredo Cornejo (Mendoza), llevó a la oposición a evaluar acelerar una sesión especial en Diputados para consolidar su avance.

Entre las iniciativas aprobadas figuran el reparto automático de ATN a provincias y la redistribución del Impuesto a los Combustibles, originalmente destinado a Vialidad Nacional. Milei anunció que vetará estos proyectos, junto a las leyes de jubilaciones y discapacidad, y judicializará la sesión del Senado, que considera inválida por no haber sido convocada por la vicepresidenta Victoria Villarruel.

La oposición, envalentonada, busca ahora llevar al recinto de Diputados los proyectos de los gobernadores, así como los dictámenes de financiamiento universitario y emergencia en salud pediátrica. El objetivo es alcanzar mayorías calificadas (dos tercios) para blindarlos ante eventuales vetos. La sesión podría realizarse el 30 de julio, aunque aún hay incertidumbre sobre el apoyo de los gobernadores en la Cámara baja.

Mientras Milei radicaliza su discurso contra “la casta”, su equipo político intenta recomponer alianzas con fuerzas dialoguistas, como el PRO y sectores de la UCR, para evitar que la oposición logre los votos necesarios. Sin embargo, la respuesta de Villarruel a críticas libertarias —cuestionando gastos del Gobierno— tensionó aún más la relación interna.

El escenario queda ahora en manos de Diputados, donde el oficialismo, en minoría, depende de negociar con bloques provinciales y radicales para frenar el avance opositor. La pulseada definirá si Milei logra contener la crisis o si la oposición capitaliza su momento político.