El Presidente Javier Milei reconoció fallas en la comunicación con los gobernadores y busca retomar el control de la relación con las provincias, tras el contundente mensaje conjunto firmado por los 23 mandatarios provinciales y el jefe de Gobierno porteño. Fuentes de la Casa Rosada admitieron a NA que existen contradicciones entre los enviados presidenciales -el asesor Santiago Caputo y Eduardo "Lule" Menem- lo que generó desconfianza en los aliados.

Milei planea una reunión post-9 de Julio, convocada formalmente por el jefe de Gabinete Guillermo Francos pero con su participación directa, para unificar el mensaje oficial. El objetivo: aclarar que "nadie hable por sí mismo" y establecer un protocolo de validación que dé seguridad a los gobernadores, especialmente en temas sensibles como la distribución de ATN y coparticipación de impuestos a combustibles.

La crisis de coordinación afecta incluso la estrategia electoral de La Libertad Avanza en el interior, donde los libertarios desafían a los gobiernos provinciales. Pese a esto, desde Balcarce 50 descartan una "crisis de gobernabilidad", aunque trabajan para asegurar apoyos clave ante proyectos que podrían afectar el equilibrio fiscal, como el aumento de jubilaciones y fondos provinciales que se debatirán en el Senado.

Como gesto de acercamiento, el Gobierno invitó a todos los gobernadores a la vigilia del 9 de Julio en Tucumán, donde Milei podría tener contactos informales con los asistentes. El evento servirá como termómetro del clima político, luego de que las provincias demostraran unidad al impulsar proyectos comunes en Diputados.