En la remota isla de Annobón, un territorio de 17 km² en el Atlántico bajo soberanía disputada de Guinea Ecuatorial, activistas denuncian una crisis humanitaria y reclaman apoyo internacional. Orlando Cartagena Lagar, autoproclamado "primer ministro" del movimiento independentista Ambô Legadu, acusó al gobierno de Teodoro Obiang Nguema de ejercer violencia sistemática: "Es un genocidio: abuso infantil, hambre y un éxodo masivo", declaró a radio Mitre. Según él, la población habría caído de 5.000 a 2.000 habitantes por la represión y la falta de servicios básicos.

El grupo, que declaró unilateralmente la independencia en 2022 sin reconocimiento internacional, alega vínculos históricos con Argentina. "Fuimos parte del Virreinato del Río de la Plata; hablamos español y buscamos aliados", explicó Cartagena Lagar, quien visitó el Congreso argentino. Aunque descartó una anexión, sugirió la posibilidad de un "estado asociado". España también recibió pedidos de apoyo, con el partido Podemos presentando un proyecto para impulsar su descolonización ante la ONU.

La ONU ya documentó violaciones en Annobón tras una represión en julio de 2023, cuando fuerzas de Guinea Ecuatorial cortaron comunicaciones y detuvieron a 20 isleños. Amnistía Internacional y el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria exigieron su liberación. La crisis escaló con la renuncia de la primera ministra ecuatoguineana, Manuela Roka Botey, en medio de tensiones por la explotación de recursos naturales.

Mientras Guinea Ecuatorial mantiene el control militar, Cartagena Lagar insiste en que el reconocimiento de la independencia es urgente: "Otros países nos ignoran; Argentina nos escuchó". Sin embargo, el reclamo sigue en un limbo diplomático, con Annobón solo reconocida por la UNPO, un organismo minoritario vinculado a la ONU. La isla, olvidada tras su cesión por España en 1968, libra ahora una batalla por supervivencia y legitimidad.