El anuncio de Aluar de recortar los precios del aluminio para el mercado interno marcó un punto de inflexión: empresas de distintos sectores están adoptando rebajas agresivas para reactivar ventas. En la construcción, donde el aluminio es clave, la medida podría aliviar costos en dólares. Analistas atribuyen el movimiento al excedente de stock tras el aumento de aranceles en EE.UU. y a una caída en la demanda local.

El fenómeno se replica en indumentaria, calzado y electrónica, donde las vidrieras ya muestran descuentos para competir con importaciones más baratas. La reciente feria de Cantón (China) registró un récord de compradores argentinos, y se espera que los productos adquiridos lleguen a partir de julio. Mientras, la eliminación del impuesto PAIS ya impulsó las ventas de autos importados (+54 mil unidades en abril), y la próxima baja de aranceles a celulares promete más ajustes.

El Hot Sale reflejó esta tendencia: el 90% de los productos se vendieron con promociones, y la mitad en cuotas. Sin embargo, la caída de la inflación (2,8% en abril) está redefiniendo estrategias. "Las cuotas ya no son el principal incentivo; ahora importa el precio final", explicó un empresario textil. Sectores como juguetes y decoración anticipan que la mayor oferta importada se hará palpable en el segundo semestre.

Con una inflación que podría acercarse al 2% en mayo, las empresas priorizan rotar stock sobre acumular márgenes. El desafío ahora es alinear precios sin perder rentabilidad, en un mercado donde el consumidor compara más que nunca. Aunque el Gobierno proyectaba un índice con "un 1 adelante" para este mes, los analistas prevén que habrá que esperar hasta mediados de año para verlo.