Arcor, el mayor fabricante mundial de caramelos duros, activó una cláusula para adquirir el 51% de Mastellone Hermanos —empresa controlante de La Serenísima—, pero la operación enfrentó un abrupto freno. Los herederos del fundador Pascual Mastellone (fallecido en 2014) impugnaron la transacción ante la Comisión Nacional de Valores (CNV), argumentando desacuerdos sobre el valor por acción. El movimiento sorprendió al mercado, dado que ambas partes mantenían un acuerdo gradual de compra desde 2015.

La oferta fue realizada a través de Bagley Latinoamérica y Bagley Argentina, las joint ventures que Arcor posee con Danone desde hace 20 años. Esta sociedad ya había adquirido en los 90 la línea de postres y yogures de La Serenísima, marca que Mastellone conservó para lácteos frescos. Actualmente, la láctea está controlada por el fondo Dallpoint, que tomó participación mayoritaria durante una reestructuración de deuda a principios de siglo.

El conflicto revela la puja por el negocio lácteo, uno de los más rentables del país. Arcor busca diversificar su portafolio más allá de los dulces, mientras los Mastellone —a través de sus abogados— insisten en que la valuación no refleja el potencial de crecimiento de la empresa. Según fuentes cercanas al proceso, la discrepancia podría derivar en una renegociación o incluso en un litigio legal.

La operación, de concretarse, marcaría un hito en la industria alimentaria argentina, uniendo dos gigantes con trayectorias centenarias. Sin embargo, el impasse actual demuestra que los acuerdos de pasillo no siempre se trasladan al papel. Mientras los equipos legales de ambas partes analizan sus próximos pasos, el mercado espera señales que definan el futuro de una de las marcas más icónicas del país.