El gobierno argentino cuenta con "importantes indicios" de que el gendarme Nahuel Gallo, secuestrado en Venezuela desde el 8 de diciembre de 2024, sigue con vida y en condiciones estables, según un informe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). La información surge tras analizar imágenes y datos recabados en los últimos meses, incluyendo un video difundido por el régimen de Maduro donde Gallo aparece caminando en un patio carcelario.

La posible solución al cautiverio del uniformado podría llegar desde una inesperada propuesta del presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien ofreció a Maduro un canje humanitario: la liberación de 252 venezolanos detenidos en El Salvador —vinculados a pandillas como el Tren de Aragua— a cambio de un número igual de presos políticos del chavismo, entre los que se incluiría Gallo. Fuentes del Palacio San Martín calificaron la idea como "interesante", pero admitieron que Argentina "no tiene presos para intercambiar", lo que limita su capacidad de negociación directa.

"Si hay diálogo entre El Salvador y Venezuela, Argentina debe estar en esa mesa", afirmó un funcionario involucrado en las gestiones, que pidió reserva. El canciller Gerardo Werthein será clave para definir si el país se suma formalmente a la iniciativa, que hasta ahora ha recibido una respuesta ambigua del régimen venezolano.

El caso se enmarca en el tenso escenario bilateral: Milei desconoció los resultados de las fraudulentas elecciones venezolanas y denunció reiteradamente a Maduro como "dictador". Actualmente, la embajada argentina en Caracas —administrada por Brasil tras la retirada de los diplomáticos locales— alberga a cinco opositores refugiados, incluidos colaboradores de María Corina Machado, que esperan salvoconductos para salir del país.

Mientras tanto, María Alexandra Gómez, pareja de Gallo, sigue reclamando su liberación. En enero, al ver el video difundido por el gobierno venezolano, lo reconoció inmediatamente: "Es él. Son unos criminales", declaró a Infobae. Las esperanzas ahora están puestas en que la presión internacional, sumada a la mediación de Bukele, logre romper el estancamiento.