La espada de Damocles es definida por el diccionario de la Real Academia Española como “amenaza persistente de un peligro”. Este dicho surgió por una leyenda que habla de un tal Damocles, uno de los tantos aduladores que tenía Dionisio I, un tirano de Siracusa, Sicilia. 

El primero le pidió al segundo que le dejara ser rey por un día para sentir lo que es tener poder. El soberano aceptó y, de repente, Damocles se encontró en un banquete de lujo, con todo lo que quisiera a su alcance. Pero de pronto notó algo aterrador: una espada colgaba sobre su cabeza, sostenida por un solo cabello de caballo. Era un recordatorio cruel de lo peligroso que es el poder.

En ese momento, Damocles ya no quería estar en ese puesto ni disfrutar de las cosas lujosas. Pidió a Dionisio que lo sacara de ahí.

En su sentido canónico, la leyenda es una alegoría de que el poder viene acompañado de un gran peligro.

Actualmente, la espada de Damocles pende sobre el PJ tucumano. Se dice que en los pasillos de Muñecas y Sarmiento se tilda de traidor a quien encabeza el apoyo a la Ley ómnibus desde el Ejecutivo provincial; otros actores hablan de gobernabilidad, la llegada de obras y lo importante que es para la provincia acompañar esta Ley.

En estos días los votos de los senadores peronistas de nuestra provincia siguen siendo una incógnita, pero el fuego cruzado ya ha comenzado, por lo menos off the record.

¿Cómo seducirá el gobernador Jaldo el votó de la senadora de Famaillá? ¿Llegarán más estatuas de superhéroes a modo de ofrenda a la ciudad de “los mellizos”?

Cada voto en el Senado ‘cotiza' en alza, pero también se lo mira con desconfianza. Están pendiendo de ese cabello de caballo, como la espada de Damocles. 

En definitiva, si la senadora acompaña ¿se rompería el bloque de senadores en el PJ tucumano? ¿Qué pasará con el bloque de la Legislatura?

A esta altura poco le importa al oficialismo nacional si se le dice “Dómacles” a Damocles, solo le concierne que los honorables senadores (ex nido de ratas) acompañen la Ley antes del Pacto de Mayo.

Por: Leonel Mariani