Tras más de tres décadas de modificaciones sobre la antigua normativa, el municipio cuenta oficialmente con un nuevo Código de Ordenamiento Urbano (COU). La Ordenanza N° 2.517, que reemplaza la histórica Ordenanza 613, fue promulgado por la Municipalidad, encabezada por el intendente Pablo Macchiarola, después de haber sido aprobada por el Concejo Deliberante el pasado 30 de septiembre. Este marco normativo, de más de 200 páginas, definirá el desarrollo urbanístico de la ciudad en las próximas décadas.

El nuevo cuerpo legal redefine las alturas permitidas para las construcciones, establece reglas específicas para los corredores comerciales y fija un límite a la expansión de los barrios privados. En el ámbito edilicio, el código estipula que en sectores determinados las construcciones podrán alcanzar hasta cinco pisos, mientras que en zonas tradicionales como el casco viejo solo se permitirá planta baja más un piso. Asimismo, la normativa prohíbe edificar sobre medianeras y promueve la construcción de viviendas por encima de locales comerciales.

Uno de los cambios estructurales más significativos es la imposición de un tope a los countries y emprendimientos cerrados, que no podrán superar los 250 metros longitudinales. Desde el oficialismo se sostuvo que esta medida busca evitar la creación de barreras urbanas y garantizar la conectividad entre los distintos sectores de la ciudad.

El intendente Pablo Macchiarola destacó que el trabajo técnico para la confección del código se extendió por más de dos años, bajo la coordinación de la arquitecta Isabel Salas. El jefe comunal subrayó que el nuevo COU “cuida mucho más las alturas” y apunta a un modelo urbano más equilibrado. “Es un código más conservador, que cuida más la naturaleza”, afirmó.

El proceso de aprobación del proyecto no estuvo exento de controversias. Hasta la última semana previa a la promulgación, concejales de la oposición solicitaron que el intendente vetara la ordenanza. Los ediles alertaron que el nuevo COU podría habilitar “un crecimiento descontrolado” en materia poblacional, de tránsito y de demanda de servicios básicos, con consecuencias directas en la calidad de vida de los vecinos.

Con su publicación oficial, el nuevo Código de Ordenamiento Urbano se encuentra en vigencia. Su aplicación inicia un nuevo capítulo en la planificación de la ciudad, marcado por el debate sobre el modelo de desarrollo que Yerba Buena necesita y puede sostener hacia el futuro.