El gobernador Osvaldo Jaldo vinculó este jueves el robo de su teléfono celular —ocurrido el 18 de junio en un acto en La Cocha— con las políticas de seguridad de su gestión, incluyendo la lucha contra el narcotráfico y la recuperación de tierras usurpadas. "Tomamos decisiones fuertes. Estamos tocando intereses", afirmó en conferencia de prensa, aunque aclaró que el hecho no modificará su estilo de gobierno basado en el contacto directo con la ciudadanía: "No es lo mismo que quienes se manejan solo por redes desde su casa".

El mandatario reveló que es la cuarta vez que sufre ataques personales: en 2022 le clonaron la línea telefónica, en 2023 hackearon su cuenta de Twitter durante un discurso de Juan Manzur, y además enfrentó amenazas públicas de un delincuente hoy encarcelado. "Algo está pasando. No sé si esto fue casualidad", reflexionó, sin aportar pruebas de una conexión directa entre estos episodios.

En materia de seguridad, Jaldo destacó logros concretos: 2.000 nuevas plazas carcelarias en Benjamín Paz, Delfín Gallo y Las Talitas, y la eliminación de la "puerta giratoria" para imputados. "Al que comete delito se le dicta prisión preventiva. Hoy Tucumán tiene orden y lo muestran las estadísticas", aseguró, citando datos no especificados del Poder Judicial y el Ministerio de Seguridad nacional.

Sobre el narcotráfico, fue contundente: "Nunca antes se vio a pequeños narcos presos. Se acabó la impunidad". Sin embargo, evitó detallar cómo el robo de su dispositivo podría relacionarse con estas políticas. Cerró con un mensaje de firmeza: "Hagan lo que hagan, seguiremos gobernando en la calle".